13 de noviembre de 2013

Moscatel Colmenares Trasañejo Legítimo Año 1868

Vino: Moscatel Colmenares Trasañejo Legítimo Año 1868
Bodega: Larios (Málaga, Málaga)
Enlace de la bodega: 
Denominación de Origen / Zona: D.O. Málaga
Variedades: 100% moscatel
Alcohol: 16% vol.
Elaboración: Vino procedente de la mítica solera Colmenares de la desaparecida Bodegas Jiménez y Lamothe, adquirida por Larios en 1918. Uva procedente de diversos viñedos seleccionados en el municipio de Colmenar, en la Axarquía. Considera por la bodega como su buque insignia apenas se comercializó durante décadas y tan sólo se producía en un pequeñísimo número de botellas, principalmente destinado a compromisos y consumo familiar. Se trata de una solera muy vieja datada de 1868 pero que seguramente procede de otra aún más anciana, de la que se desconoce la procedencia. Las partidas extraídas eran mínimas y las botas se refrescaron en pocas ocasiones. Embotellado a principio de la década de los 60.

Nota de cata: Nueva visita a este gigante malagueño un par de meses más tarde. Esta vez no tuvimos que pelearnos con  los precintos y el maldito tapón.

Absolutamente grandioso, complejo y contundente. Nada tiene que envidiar a un px viejísimo de Jerez y en su género tan sólo puede ser comparado a un Moscatel Toneles. Hay de todo e incluso mejor que cuando abrimos la botella. Ha dado un paso adelante, más integrado, redondo. Aparecen notas de arrope, higos, algarroba, dátiles, matices de soleras y un enranciado de fondo de gran calidad. Es la elegancia misma con un toque de vainilla, manteca de cacao y azúcar caramelizado que nos trae el flan más ligero que se haya visto.

En boca es tan fresco y ágil como complejo. Sabroso, concentrado, amplio, con una acidez difícil de creer que sostiene capas de maderas finísimas. Está todo tan matizado que casi no se puede desprender un elemento de otro. Con vinos así las escalas de puntos para valorar un vino se quedan cortas, y las palabras son inútiles. 

Nota personal: 100
Nota del grupo de cata: 100
Precio:
75 €

Nota de cata (21/10/2013): Jamás hemos tardado más en abrir un botella. Tapón gelatinoso, puro chocolate, impregnado de vino, medio adherido a la botella. Afortunadamente la doble cápsula y triple precinto!!! lo han mantenido sin merma alguna. De color marrón oscuro de capa alta, reflejos yodados y caoba, tapado, sin mucho brillo, algo turbio con un finísimo granulado. Sensación de gran grosor, lágrimas enormes, permanentes.

Parece que estemos ante un px viejo. Intimida por su pureza y profundidad pero también por su reconocible carácter varietal. Al abrir topamos con una complejísima nota de añejados que nos traen las tablas, palillo, duelas envinadas y matices de solera sobre la que se asientan una amalgama de pasificados y frutos secos (higos turcos, dátiles, pan de higo, crema algarroba), escarchados, vainilla, toffee... Aparece lo que uno quiera imaginar: incienso copto, sándalo, cedro, corteza de naranja, granos de café, pimienta jamaica, crema pastelera. Interminable, imperturbable, con el listón altísimo en todo momento. Sin idas ni venidas.

En boca es grueso, amplio, extremadamente concentrado, con una sensación pasificada de gran calidad, llena de detalles de solera sustentada en una acidez de altura que matiza esa punta abocada. La redondez es absoluta y se acumulan capas de maderas finas, tostados cremosos. Con esta moscatel la casa Larios embotelló algo más que vino, embotelló el pasado. Un generoso universal que destrozó todos los maridajes planteados y que durante un par de horas nos iluminó a todos. Lo único que lo separa de un Moscatel Toneles es situarse en un escalón inferior de acidez y mantener un desarrollo más serio y menos pirotécnico que el jerezano. Un compañero de cata afirmaba que estábamos ante la "apoteosis de la moscatel malagueña", y razón no le faltaba. Pocas veces hay unanimidad en un grupo tan numeroso y diverso como el nuestro. Esta vez, sí: vino perfecto!!!

Nota personal: 100
Nota del grupo de cata: 100
Precio:
75 €

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