Vino: Sin Rival 1964 Blanco
Bodega: Bodegas Franco-Españolas (Logroño, La Rioja)
Enlace de la bodega: http://www.francoespanolas.com
Denominación de Origen / Zona: D.O.Ca. Rioja
Variedades: 70% viura, 30% garnacha blanca, malvasía riojana y otras
Alcohol:
Elaboración: Uva procedente de viñedos propios y de pequeños productores de la Rioja Alta. Permanece durante 12 meses en grandes tinas de madera vieja de principio del siglo XX en los que realiza la fermentación y reposa antes de ser trasegado. Criado entre 30 y 36 meses, según la cosecha, en barricas usadas de roble americano de 225 litros. Un mínimo de 24 meses de guarda en botellero en los calados de la bodega antes de ser comercializado.
Nota de cata: Mantiene un color del todo improbable para un vino blanco de su edad: amarillo intenso, sin llegar al dorado, brillante, límpido, sin asomo de precipitados. Hasta el corcho está en unas condiciones idóneas, elástico, apenas inflado ni empapado, saliendo de una pieza. Reflejos vivos, centelleante. Ha mantenido la oxidación a raya de forma radical. A sus 50 años es un blanco absolutamente joven del que resulta imposible acercarse siquiera un poco a su verdadera edad.
Lo visto se confirma en boca. Potente y complejo, dominado en un principio por los tostados y unos cremosos muy actractivos de la madera, vainilla, que se ha eternizado ahí como si no acabará de ensamblarse al conjunto a pesar del largo tiempo de reposo en botella. Tiene un curioso punto inicial exótico a curry y cúrcuma que se entremezclan con cascarilla de frutos secos, almendras amargas y un fondo cada vez más presente de fruta pasa (corintos, pajaretes, orejones). A partir de este momento el vino comienza a abrirse y a desquitarse del corsé de roble. Limpio, diáfano, amplio. Desborda fruta de hueso, dotado de ese punto "almibarado" tan propio de Franco-Españolas que tiende a vinos dulzosos, con una buena cantidad de azúcar residual. Expresivo, luminoso, sacando apuntes de néctar, ciruelas claudia, cítricos dulces (citronella, limón en salmuera) y un finísimo deje que recuerda a la menta fresca y a la pimienta blanca.
Y en boca lo borda!! Equilibrio total, redondez, marcado frescor que se asienta alcochado en ese punto abocado que tan bien define a los vinos de la bodega y que viene matizada por un sablazo salvaje de la acidez. ¿Pero de dónde salen estos vinos blancos de Rioja? Simplemente, grandioso!!! Que sí, que en Rioja se pueden elaborar blancos de talla universal capaces de sacarle las vergüenzas a cualquier vino de las grandes zonas productoras del mundo. Vinos como este tienen la virtud de romper esquemas, plantearnos la y hacernos pensar en la importancia de una buena guarda como factor decisivo para la correcta evolución del vino a lo largo del tiempo.
Nota personal: 98
Nota del grupo de cata: 97
Precio: 80 €
Bodega: Bodegas Franco-Españolas (Logroño, La Rioja)
Enlace de la bodega: http://www.francoespanolas.com
Denominación de Origen / Zona: D.O.Ca. Rioja
Variedades: 70% viura, 30% garnacha blanca, malvasía riojana y otras
Alcohol:
Elaboración: Uva procedente de viñedos propios y de pequeños productores de la Rioja Alta. Permanece durante 12 meses en grandes tinas de madera vieja de principio del siglo XX en los que realiza la fermentación y reposa antes de ser trasegado. Criado entre 30 y 36 meses, según la cosecha, en barricas usadas de roble americano de 225 litros. Un mínimo de 24 meses de guarda en botellero en los calados de la bodega antes de ser comercializado.
Nota de cata: Mantiene un color del todo improbable para un vino blanco de su edad: amarillo intenso, sin llegar al dorado, brillante, límpido, sin asomo de precipitados. Hasta el corcho está en unas condiciones idóneas, elástico, apenas inflado ni empapado, saliendo de una pieza. Reflejos vivos, centelleante. Ha mantenido la oxidación a raya de forma radical. A sus 50 años es un blanco absolutamente joven del que resulta imposible acercarse siquiera un poco a su verdadera edad.
Lo visto se confirma en boca. Potente y complejo, dominado en un principio por los tostados y unos cremosos muy actractivos de la madera, vainilla, que se ha eternizado ahí como si no acabará de ensamblarse al conjunto a pesar del largo tiempo de reposo en botella. Tiene un curioso punto inicial exótico a curry y cúrcuma que se entremezclan con cascarilla de frutos secos, almendras amargas y un fondo cada vez más presente de fruta pasa (corintos, pajaretes, orejones). A partir de este momento el vino comienza a abrirse y a desquitarse del corsé de roble. Limpio, diáfano, amplio. Desborda fruta de hueso, dotado de ese punto "almibarado" tan propio de Franco-Españolas que tiende a vinos dulzosos, con una buena cantidad de azúcar residual. Expresivo, luminoso, sacando apuntes de néctar, ciruelas claudia, cítricos dulces (citronella, limón en salmuera) y un finísimo deje que recuerda a la menta fresca y a la pimienta blanca.
Y en boca lo borda!! Equilibrio total, redondez, marcado frescor que se asienta alcochado en ese punto abocado que tan bien define a los vinos de la bodega y que viene matizada por un sablazo salvaje de la acidez. ¿Pero de dónde salen estos vinos blancos de Rioja? Simplemente, grandioso!!! Que sí, que en Rioja se pueden elaborar blancos de talla universal capaces de sacarle las vergüenzas a cualquier vino de las grandes zonas productoras del mundo. Vinos como este tienen la virtud de romper esquemas, plantearnos la y hacernos pensar en la importancia de una buena guarda como factor decisivo para la correcta evolución del vino a lo largo del tiempo.
Nota personal: 98
Nota del grupo de cata: 97
Precio: 80 €
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