Vino: Viña Real 1950 Gran Reserva
Bodega: CVNE - Compañía Vinícola del Norte de España (Haro, La Rioja)
Enlace de la bodega: http://www.cvne.com
Denominación de Origen / Zona: D.O.Ca. Rioja
Variedades: 70% tempranillo, 25% garnacha, 5% mazuelo y viura
Alcohol: 13% vol.
Elaboración: Larga crianza en tinos de madera antiguos hasta finalizar la fermentación maloláctica y posterior reposo en los mismos depósitos antes de pasar a criarse en madera. El vino madura durante un mínimo de 10 años, sin datos concretos de la bodega, en barricas usadas de roble americano de 225 litros. Sin filtrar. Embotellado entre 1962 y 1964. Según la cosecha se deja descansar entre 48 y 100 meses en los botelleros de los calados de la bodega.
Notas de cata: Si los datos son fiables, esta botella fue reencorchada a mediados de los años 80. Y hay que otorgarle al corcho una parte importante de responsabilidad del excelente estado de consumo que muestran estos viejos vinos de CVNE. Ha salido de una pieza, completamente elástico, apenas tintado. De color rubí granatoso de capa media-alta, muy extraído, opaco, sin mucho brillo. Reflejos rojizos, mate. Borde mínimo, anaranjado. Sensación de grosor, con cierta crasitud, lágrimas enormes, permanentes.
Sorprende por su semejanza a los blancos Monopole de los 40 y 50, con toda esa carga brutal de balsámicos y reductivos. Se presenta inicialmente con un fuerte perfume a ramillete de hierbas secas (lavanda, salvia), infusión, tallos de manzanilla, hinojo, cebollino, discurriendo rápidamente a terrrenos más agrestes y fangosos, de sándalo, alcanfor, ungüento, armario, buhardilla... Tan potente como difícil. Tras una hora de reposo en botella, sin decantar, comienza a evolucionar. Primero salen aromas de té negro, tostados, mondaduras secas de naranja, clavo, tabaco de mascar... Sigue evolucionando durante horas, muuuy lentamente. Recuperado al día siguiente nos encontramos un tinto de una pureza absoluta, perfumado, desnudo de cualquier ropaje. Ha resucitado!!! Destila aromas de rosas ajadas, cerezas escarchadas, madroños, y un fondo elegantísimo a café aromático. Juvenil, limpio, lleno de verdad.
En boca es un señor vino, perfectamente ensamblado. Fresco, fluido, sedoso, con taninos de puro terciopelo y sin perder ese punto de generosidad y amplitud tan propio de Viña Real. Mantendrá el tipo durante muchos años gracias a una acidez que lo hace levitar sobre nuestra encías fatigadas. Todo lo demás queda ahí, comprimido en esa agresión de vida. Un vino sin otra posibilidad que ir a más en el futuro. Ojalá lleguemos a su centenario y podamos recuperar otra botela parecida. Gran vino!!!
Nota personal: 99
Nota del grupo de cata: 99
Precio: 190 €
Bodega: CVNE - Compañía Vinícola del Norte de España (Haro, La Rioja)
Enlace de la bodega: http://www.cvne.com
Denominación de Origen / Zona: D.O.Ca. Rioja
Variedades: 70% tempranillo, 25% garnacha, 5% mazuelo y viura
Alcohol: 13% vol.
Elaboración: Larga crianza en tinos de madera antiguos hasta finalizar la fermentación maloláctica y posterior reposo en los mismos depósitos antes de pasar a criarse en madera. El vino madura durante un mínimo de 10 años, sin datos concretos de la bodega, en barricas usadas de roble americano de 225 litros. Sin filtrar. Embotellado entre 1962 y 1964. Según la cosecha se deja descansar entre 48 y 100 meses en los botelleros de los calados de la bodega.
Notas de cata: Si los datos son fiables, esta botella fue reencorchada a mediados de los años 80. Y hay que otorgarle al corcho una parte importante de responsabilidad del excelente estado de consumo que muestran estos viejos vinos de CVNE. Ha salido de una pieza, completamente elástico, apenas tintado. De color rubí granatoso de capa media-alta, muy extraído, opaco, sin mucho brillo. Reflejos rojizos, mate. Borde mínimo, anaranjado. Sensación de grosor, con cierta crasitud, lágrimas enormes, permanentes.
Sorprende por su semejanza a los blancos Monopole de los 40 y 50, con toda esa carga brutal de balsámicos y reductivos. Se presenta inicialmente con un fuerte perfume a ramillete de hierbas secas (lavanda, salvia), infusión, tallos de manzanilla, hinojo, cebollino, discurriendo rápidamente a terrrenos más agrestes y fangosos, de sándalo, alcanfor, ungüento, armario, buhardilla... Tan potente como difícil. Tras una hora de reposo en botella, sin decantar, comienza a evolucionar. Primero salen aromas de té negro, tostados, mondaduras secas de naranja, clavo, tabaco de mascar... Sigue evolucionando durante horas, muuuy lentamente. Recuperado al día siguiente nos encontramos un tinto de una pureza absoluta, perfumado, desnudo de cualquier ropaje. Ha resucitado!!! Destila aromas de rosas ajadas, cerezas escarchadas, madroños, y un fondo elegantísimo a café aromático. Juvenil, limpio, lleno de verdad.
En boca es un señor vino, perfectamente ensamblado. Fresco, fluido, sedoso, con taninos de puro terciopelo y sin perder ese punto de generosidad y amplitud tan propio de Viña Real. Mantendrá el tipo durante muchos años gracias a una acidez que lo hace levitar sobre nuestra encías fatigadas. Todo lo demás queda ahí, comprimido en esa agresión de vida. Un vino sin otra posibilidad que ir a más en el futuro. Ojalá lleguemos a su centenario y podamos recuperar otra botela parecida. Gran vino!!!
Nota personal: 99
Nota del grupo de cata: 99
Precio: 190 €
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