Vino: Castillo Ygay 1991 Gran Reserva Especial
Bodega: Marqués de Murrieta (Logroño, La Rioja)
Enlace de la bodega: http://www.marquesdemurrieta.com
Denominación de Origen / Zona: D.O.Ca. Rioja
Variedades: 80% tempranillo, 13% mazuelo, 4% garnacha tinta, 3% graciano
Alcohol: 13% vol.
Elaboración: Selección de uvas procedentes del pago La Plana, en la zona más elevada de la Finca Ygay, a 485 metros de altitud. Fermentación de cada variedad por separado en depósitos de acero inoxidable de 30.000 litros con temperatura controlada. Encubado entre 20 y 25 días para provocar el máximo contacto entre hollejos y mosto para extraer el carácter varietal de cada uva, con continuos remontados y bazuqueos. Sometido a 50 meses de crianza en barricas nuevas y usadas de roble americano de 225 litros. Un mínimo de 36 meses de guarda en botellero en los calados de la bodega antes de ser comercializado.
Nota de cata: De color cereza rojizo de capa media-alta, tapado, oscuro, más extraído que el resto de cosechas probadas a día de hoy. Limpio, brillante, reflejos ambarinos y cobrizos.
Calcado al Castillo Ygay de 1989. Son tan parecidos que podría tratarse del mismo vino vendido con dos etiquetas distintas. Buena intensidad inicial, abierto, con abundancia de los aromas a fina reducción (ahumados, cuero viejo, establo) y una barrica resultona, elegantemente avainillada. De esos vinos que causan impresión, extrovertido, sin complejos, que algunos definieron como "presuntuoso", pero falto de la profundidad del gran vino. Al rato aparece un rastro de fruta roja, escarchada, cascarillas de naranja, con un matiz licoroso que se va volviendo cada vez más vegetal: té negro, clavo, regaliz... Después de una hora los térreos y las notas fúngicas acaban por taparlo todo. Lo dicho: resultón!!
En boca es fácil de beber, muy agradable, integrado, sabroso, reposado, cremoso pero sin mucho cuerpo. Lo mejor es su buena acidez y lo ordenado que está todo sin llegar a ser un vino lineal ni previsible. Hay especias y tostados de gran calidad, amargosos, y un final notable, largoooo. Un Castillo de nuevo cuño cumplidor que parece haber llegado a un momento interesante de consumo pero que no alcanza ese nivel al que nos tenía acostumbrados.
Nota personal: 90
Nota del grupo de cata: 92
Precio: 70 €
Bodega: Marqués de Murrieta (Logroño, La Rioja)
Enlace de la bodega: http://www.marquesdemurrieta.com
Denominación de Origen / Zona: D.O.Ca. Rioja
Variedades: 80% tempranillo, 13% mazuelo, 4% garnacha tinta, 3% graciano
Alcohol: 13% vol.
Elaboración: Selección de uvas procedentes del pago La Plana, en la zona más elevada de la Finca Ygay, a 485 metros de altitud. Fermentación de cada variedad por separado en depósitos de acero inoxidable de 30.000 litros con temperatura controlada. Encubado entre 20 y 25 días para provocar el máximo contacto entre hollejos y mosto para extraer el carácter varietal de cada uva, con continuos remontados y bazuqueos. Sometido a 50 meses de crianza en barricas nuevas y usadas de roble americano de 225 litros. Un mínimo de 36 meses de guarda en botellero en los calados de la bodega antes de ser comercializado.
Nota de cata: De color cereza rojizo de capa media-alta, tapado, oscuro, más extraído que el resto de cosechas probadas a día de hoy. Limpio, brillante, reflejos ambarinos y cobrizos.
Calcado al Castillo Ygay de 1989. Son tan parecidos que podría tratarse del mismo vino vendido con dos etiquetas distintas. Buena intensidad inicial, abierto, con abundancia de los aromas a fina reducción (ahumados, cuero viejo, establo) y una barrica resultona, elegantemente avainillada. De esos vinos que causan impresión, extrovertido, sin complejos, que algunos definieron como "presuntuoso", pero falto de la profundidad del gran vino. Al rato aparece un rastro de fruta roja, escarchada, cascarillas de naranja, con un matiz licoroso que se va volviendo cada vez más vegetal: té negro, clavo, regaliz... Después de una hora los térreos y las notas fúngicas acaban por taparlo todo. Lo dicho: resultón!!
En boca es fácil de beber, muy agradable, integrado, sabroso, reposado, cremoso pero sin mucho cuerpo. Lo mejor es su buena acidez y lo ordenado que está todo sin llegar a ser un vino lineal ni previsible. Hay especias y tostados de gran calidad, amargosos, y un final notable, largoooo. Un Castillo de nuevo cuño cumplidor que parece haber llegado a un momento interesante de consumo pero que no alcanza ese nivel al que nos tenía acostumbrados.
Nota personal: 90
Nota del grupo de cata: 92
Precio: 70 €
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